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Se ha publicado en el Diario de la Universidad de Vigo (DUVI) una noticia sobre el proyecto Green SEEDS. Un proyecto europeo en el que la UVigo es el socio español, de un total de cinco países participantes y, que sirve de guía a un total de 60 docentes.

La noticia se ha realizado a través de una entrevista a Ángeles Parrilla Latas, coordinadora del proyecto en España.

Niños y niñas del CEIP Espiñeira, en Aldán, trabajando conjuntamente con escolares del valle de Aosta italiano al igual que lo hacen estudiantes de la isla croata de Korkula con chicos de una aldea de Chipre… El proyecto europeo Green SEEDS ( Sinergy and Environment to Empower Decentralised Schools) tiene como principal objetivo contrarrestar el riesgo de aislamiento de las pequeñas escuelas rurales a través del debate y el trabajo conjunto entre profesorado y alumnado de centros educativos situados en el rural, en islas o en montañas de cinco países del sur de Europa. Financiado por el programa comunitario Erasmus+, este proyecto implica el desarrollo de actividades formativas conjuntas entre escuelas de España, Italia, Croacia, Grecia y Chipre basadas en el patrimonio natural y cultural de sus entornos. Actividades que diseñan y realizan conjuntamente docentes y escolares de diferentes países y que toman como punto de partida el programa formativo diseñado por el grupo de investigación Cies (Cooperación en Investigación para la Equidad Educativa y Social).

“El proyecto quiere hacer ver que las escuelas rurales o pequeñas pueden pasar de ser un problema, por su aislamiento, a ser un recurso, porque son escuelas muy vinculadas a su entorno, que pueden ayudar a combatir la despoblación, conectando la educación con el medio ambiente y facilitando el desarrollo de la comunidad”, destaca la catedrática Ángeles Parrilla, coordinadora del grupo responsable de la formación de los cerca de 60 docentes de diferentes niveles educativos de los cinco países que participan en el proyecto. Los módulos diseñados por las investigadoras e investigadores de la UVigo, disponibles en seis idiomas en la web de Green SEEDS, sirvieron como base para las actividades, centradas en cuestiones medio ambientales, que, valiéndose de internet, a lo largo de este curso desarrollaron por parejas 20 clases de pequeñas escuelas.

Coordinado por la asociación italiana Glocal Factory, en el proyecto Green SEEDS participan además de la Universidad de Vigo, el instituto croata Vela Luka, la oficina responsable de los centros educativos de la región italiana del Veneto, el instituto Bosco Chiesanova, la administración educativa de la isla griega de Chios y el Synthesis Center fuere Research and Education chipriota. Segundo señalan sus responsables, este proyecto busca promover, a través de internet, la interacción entre docentes y estudiantes que, “aunque geográficamente distantes, comparten realidades sociales y ambientales muy similares”. En ese sentido, Parrilla destaca que el proyecto “pretende convertir en recurso un tipo de escuelas que suenen ser las grandes olvidadas”, con el objetivo final de que toda esta serie de actividades vinculadas al medio ambiente “puedan llevarse a las escuelas urbanas”. De hecho, las y los participantes desarrollaron en este curso 20 actividades participativas centradas en la naturaleza, biodiversidad y patrimonio forestal y marino de sus entornos que el próximo curso presentarán a niños y niñas de centros situados en entornos urbanos. “Se produciría así un flujo de información y formación en el sentido contrario al tradicionalmente asumido, ya que son las escuelas rurales, pequeñas y hasta aisladas, las que sirven de modelo y ejemplo para la mejora de las escuelas urbanas”, apunta Parrilla.

 

Formación que parte de la diversidad

 

En el marco de su línea de trabajo en materia de diversidad e inclusión educativa, el grupo Cies se responsabilizó de la primera fase de un proyecto que, como recuerda su coordinadora, implica trabajar con “escuelas muy heterogéneas, en las que conviven, a veces en una mismo aula, alumnos diversos en edad, origen, cultura y capacidades, con condiciones personales, sociales y familiares diferentes”. Concretamente, las investigadoras e investigadores de la UVigo se responsabilizaron del diseño de la formación impartida a los docentes de los diferentes centros, que la covid-19 obligó a convertir en virtual, y que se concretó en un toolkit, conformado por cinco módulos, y una guía, que buscan facilitar la implantación conjunta de una serie de unidades didácticas orientadas “a la enseñanza en contextos de gran diversidad”, en aulas de diferentes países.
Disponibles en la web del proyecto con el objetivo de que puedan ser empleadas por otros docentes, estos módulos, integrados cada uno por tres unidades didácticas, abordan aspectos como “el papel de la escuela rural en el entorno y como garantizar el sentido de pertenencia escolar del profesorado y del alumnado”, en el primero, y las metodologías aplicables a centros y #aula caracterizadas por la diversidad, “proponiendo estrategias de personalización y diversificación de la enseñanza y el aprendizaje”, en el segundo. El módulo tres ahonda en la colaboración entre docentes, mientras que otro de los bloques se centra en las habilidades de comunicación y el quinto reúne una serie de recursos y herramientas para el trabajo en red de escuelas de diferentes países, como WebQuest, “una metodología didáctica que supone un proceso de indagación e investigación basado en recursos online por parte de los niños y niñas”, que es la base de las actividades desarrolladas por los diferentes centros participantes.

Trabajo conjunto de parejas de escuelas de diferentes países

Tras esta formación, el siguiente fase implicó el “emparejamiento” de las escuelas participantes, como es el caso del CEIP Espiñeira con un colegio del valle de Aosta (Italia), para trabajar conjuntamente. “Los centros irmandados decidieron conjuntamente, a partir de una serie de propuestas, en que temas relacionados con el medio ambiente iban a trabajar”, explica Parrilla. De este modo, las sesiones de trabajo fueron diseñadas conjuntamente por el profesorado de las dos escuelas, lo que en el caso del colegio de Aldán los llevó a promover actividades relacionadas con los bosques o con la presencia de plásticos en los océanos, que niños y niñas compartieron a su vez, por videoconferencia, con los escolares italianos.
“Para los niños y niñas está siendo un proyecto muy enriquecedor y motivador, es una formación participativa, que les está dando voz y en la que no solo conectan y se responsabilizan de su entorno, sino que lo hacen abriéndose la otras culturas y comunidades”, destaca Parrilla, que destaca también el positivo de esta iniciativa para las y los docentes participantes y para el propio grupo de investigación. De hecho, prevé que esta experiencia de cooperación internacional pueda dar lugar a su vez a trabajos de investigación que complementen el proyecto. Del mismo modo, en la actualidad Green SEEDS está trabajando en un manifiesto que sirva como punto de partida para la creación de una red europea de escuelas de montaña, islas o entornos rurales.

 

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